Historia de las independencias hispanoamericanas: Causas y antecedentes de la crisis colonial española

Las ideas liberales difundidas en América y por todo el mundo gracias a la Ilustración a finales del s. XVII favorecieron el surgimiento de los procesos de independencia de América Latina. Las enseñanzas impartidas por las universidades, las academias literarias y las sociedades económicas, difundían los ideales liberales y revolucionarios contrarios a la actuación de España en sus colonias y que tuvieron gran influencia en los líderes independentistas, tales como el principio de soberanía nacional, el contrato social de Rousseau y los derechos individuales. Al mismo tiempo que el movimiento de la Ilustración en Europa inspiraba las primeras críticas hacia la monarquía española por parte de los criollos, descendientes de españoles de clase acomodada, nacidos en tierras americanas. La rebelión de las colonias británicas de Norteamérica, que proclamaron en 1776 su Independencia dando origen a los Estados Unidos de América, demostró que era posible separarse de la metrópoli y organizarse de manera independiente. Y la Revolución Francesa de 1789 que proclamó la libertad, la igualdad y el derecho a resistir a la opresión o abuso de autoridad; ideas que fueron asimiladas por muchos criollos, que vivieron la Revolución en Francia en primera persona y quienes posteriormente las expandieron por América.

Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776).

Juramento de las Cortes de Cádiz en la Iglesia mayor parroquial de San Fernando (1810).

En España, la llegada de la dinastía de los Borbones en el s. XVIII trajo consigo importantes reformas. Para los territorios americanos, las reformas borbónicas pretendían, a través de intendencias, mejorar la eficiencia en la recaudación de tributos de las colonias. Estas reformas perjudicaron los intereses de los grupos de poder criollos, quienes vieron disminuidos su influencia y sus cargos en las colonias,y también a los mestizos e indígenas afectados por el incremento de impuestos y tributos. Además la oposición al control mercantil de la metrópolis que impedía a los criollos comerciar libremente con competidores anglosajones con mejores precios y calidades. Por otra parte, el reformismo de Carlos III había supuesto un mayor control sobre la administración colonial y el envío de funcionarios desde España que desplazaban a los criollos de los puestos más influyentes. El ejemplo de la emancipación, las colonias británicas del norte y la ayuda material, económica y política que recibieron de éstas, junto a los escritos de la Ilustración francesa, animaba a los criollos a llevar a la práctica sus deseos de independencia. Las reivindicaciones de igualdad y poder político, característica del pensamiento liberal, se fundían con las demandas de soberanía de unas élites que se enorgullecían de autodenominarse españoles americanos. El comienzo del proceso de emancipación de las colonias españolas en América se desarrollo durante el primer tercio del siglo XIX, coincidiendo con la crisis del Antiguo Régimen y con los primeros intentos de revolución liberal. La guerra de independencia española, producto de la crisis política en España y la ocupación de su territorio por parte de Francia en 1808, constituyen dos hechos significativos que incentivaron el independentismo en el debilitado Imperio español.

Fernando VII

Como respuesta a la entronización de José Bonaparte en España, entre 1808 y 1810 se instalaron juntas de gobierno que ejercieron la soberanía ante la ocupación francesa, tanto en la península como en las posesiones de ultramar. En este contexto el poder de España se concentró en el pueblo, y la representación oficial giraba solamente en torno al Consejo de Regencia y las Cortes de Cádiz. Las diferencias entre España y las colonias se fueron agudizando después de esa crisis, lo que finalmente desencadenó los movimientos armados independentistas hispanoamericanos. La lucha armada entre los americanos y los ejércitos coloniales se inició alrededor del 1810 en la mayoría de los dominios españoles. Suceden situaciones de violencia mutua. Los revolucionarios niegan las autoridades monárquicas en América, se constituyen en repúblicas americanas y se organizan militarmente en ejércitos denominados patriotas. El gobierno español y Fernando VII reaccionan negando legitimidad a las juntas de gobierno americanas, y bajo la dirección española, se forman en América los llamados ejércitos realistas con un auxilio de expedicionarios españoles, pero principalmente por una mayoría de tropa y oficialidad de origen americano otorgándole al conflicto el carácter de guerra civil.